"Se ha descubierto lo que probablemente causa la adicción, y no es lo que tú crees" Un efectivo título para vender mentiras.


Hoy un amigo de la página nos ha enviado este artículo en el que se postula que, basándose en una serie de experimentos realizados en los años 70, (puedes ver un cómic del experimento original en español aquí) las personas se convierten en adictas a una sustancia, no tanto por el poder adictivo de ésta como por ser marginadas socialmente. Nos ha llamado la atención el modo extremadamente simplista en el que se trata el asunto y por eso lo comentaremos aquí.


Para empezar, ningún análisis que pretenda ser serio sobre el asunto de las drogas puede tratar este tema sin mencionar el sistema de recompensa. El funcionamiento del sistema de recompensa es muy complejo, pero básicamente y simplificándolo mucho, se puede decir que nuestro cerebro produce ciertas sustancias cuando está disfrutando, y que estas sustancias hacen que la persona repita las conductas que le hicieron producirlas, entrando así en una especie de círculo vicioso. Generalmente el cerebro disfruta con conductas que tienen valor de supervivencia y es un mecanismo para que repitamos las conductas que nos convienen utilizando el placer como cebo. Las conductas que hacen que una persona segregue estos neurotransmisores son muy variadas y van desde hacer deporte, practicar sexo o jugar a un videojuego hasta tomar ciertas drogas que estimulan la liberación directa de neurotransmisores implicados en el sistema de recompensa o “se disfrazan” de esos neurotransmisores para hacer creer al cerebro que los está liberando, de modo que éste dé la orden de repetir la conducta.

La naloxona, antagonista de los receptores opioides, desactiva el sistema de recompensa. Los adictos toman heroína pero no obtienen recompensa.
Teniendo esto en cuenta, es evidente que una rata/persona que esté encerrada y aislada y cuyo único modo de activar su sistema de recompensa sea ingiriendo una droga que lo enciende de modo artificial, la va a consumir tanto como pueda pero comparar una jaula estrecha y totalmente aislada con un entorno que aunque sea hostil ofrece varias opciones de actuación, es forzar demasiado la metáfora. El autor de este artículo deduce que las ratas dejan de consumir porque están en sociedad y ésta cubre sus necesidades, pero además de estar en sociedad no hay que olvidar que están en un espacio amplio donde pueden hacer ejercicio y otras actividades mientras que sus compañeras se remueven en una jaula en la que apenas caben. Si lo único que puedes hacer para activar tu sistema de recompensa es tomar drogas, entonces es evidente que lo harás, esas ratas no pueden hacer muchos más, pero en nuestra sociedad muchos adictos no vienen de hogares desestructurados ni de guetos marginales, muchos adictos se convierten en consumidores a pesar de tener familias que los quieren, una vida prometedora y muchas opciones para elegir un camino. Despreciar el valor adictivo de una droga y no mencionar el sistema de recompensa es un error garrafal.


Una rata y una persona se parecen, pero no son lo mismo. Nuestro cerebro es muchísimo más complejo que el de una rata y las motivaciones que podemos tener son mucho más variadas que la simple vida en sociedad. Para entender bien los resultados de los que se habla en el artículo tenemos que ponerlos en relación con otros muchos descubrimientos que tomados de manera aislada no sirven para mucho. Si una persona puede activar su sistema de recompensa de diferentes modos es menos probable que termine convirtiéndose en adicta, pero eso no significa que una persona feliz no pueda caer en una adicción sin olvidar que es frecuente que la misma necesidad de pertenencia a un grupo sea la que conduce al individuo al consumo de sustancias para ser aceptado.

Hay diversos estudios (ejemplo ejemplo ejemplo) que relacionan determinadas características de personalidad con la tendencia a convertirse en adicto o consumidor compulsivo (drogas, juego patológico, adicción al sexo...) También se ha establecido relación entre factores genéticos y consumo de drogas y se ha probado el poder adictivo de éstas, incluyendo las drogas legales.

Otro de los “argumentos” que me ha resultado llamativo es el que trata de relacionar a quienes consumen heroína con quienes en un tratamiento médico son tratados con morfina. Aunque ambas drogas tengan el mismo origen, no es cierto que sean exactamente lo mismo. Su poder adictivo es muy diferente, la heroína llega al cerebro mucho más rápido que la morfina y tiene un efecto más eufórico de modo que su poder adictivo es bastante mayor, pero aún así, la morfina también causa adicción. Si tenemos en cuenta otros factores como el momento de administración la dificultad de obtención y la brevedad de los tratamientos así como el ya mencionado menor poder adictivo, es evidente que habrá menos adictos a la morfina que a la heroína pero esto no significa que no los haya.


En ningún momento se habla del sistema de recompensa ni de los últimos avances en esta materia, no se relacionan esos conocimientos con el resto de descubrimientos, sino que se limita a tomar unos experimentos aislados que se realizaron hace cincuenta años, y a extraer conclusiones de los mismos sin tener en cuenta el resto de la información existente, y lo que concluye ni siquiera es algo novedoso ya que entre los que se consideran actualmente factores de riesgo para el consumo de drogas, se encuentran muchos relacionados con el entorno social, las cogniciones y las actitudes del consumidor potencial, como son el malestar emocional, permisividad social y accesibilidad a las drogas, habilidades sociales y de autocontrol, preconceptos y valoración de las drogas o espiritualidad personal entre otras muchas variables.

Así que si todo el artículo tiene como objetivo hacernos pensar que el entorno del individuo es un factor determinante para caer o no en una adicción, no debería venderse como algo novedoso y original y ni mucho menos como algo que se nos intenta ocultar, ya que se trata de uno de los factores más estudiados en la actualidad en relación al tema ejemplo ejemplo ejemplo. Si por el contrario pretende decir que el factor social es el único causante de la adicción, le falta mucho por leer.


Dirección de Gabinete Emotive Psicología


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